domingo, junio 26

Una objeción.

El camino se alza frente a mis ojos. Creo que nuevamente siento la emoción de alcanzar algo mayor, algo único, algo inigualable. Apreció el silencio de mis pasos que me transportan hacia un lugar de ensueño. Los colores realzan la emotividad y no comprendo si es sueño o realidad. Me siento atrapado en un inconmensurable espacio infinito, cubierto de rojo y matices. Pronto descubro que no puedo respirar, que realmente nunca lo necesité y que no sé como afrontar este nuevo concepto de identidad. Me transporto a través del aire y siento un leve deseo de volar.

Las sombras se proyectan sobre el campo cercando mi vista, enfocando un lugar más allá de mi alcance. No siento deseo alguno sobre mí ser, con dificultad puedo enunciar los pensamientos que me atacan de mil maneras y ahora todo es azul y oscuro y claro. Profundo y liviano, nada comparable con la conciencia que formaba parte en mi nacimiento y despertar.

Jamás soñé con un destino más propicio para el fin del agobiante camino anterior, los recuerdos de caras y sonidos se confunden, se mezclan y desaparecen sin siquiera poder llorar la muerte de sus conciencias en mi alma. Me confieso desolado y triste pero al parecer eso no tiene el menor sentido en este lugar en el que ahora me encuentro. Dudo de todo lo que algún día creí real y firme. Mis leyes físicas y psicológicas se desvanecen para dejar una sobre dimensión de expresiones arcaicas y toscas. Nada menos humano que la duda ante una decisión.

Me declaro incompetente ante la majestuosidad del amarillo que penetra mi cuerpo paralizando cada uno de mis sentidos, hasta creerme completamente destrozado de pies a cabeza. Es el sabor del misterio resuelto es lo que me inunda y me hace sentir que las cosas están mejorando como nunca se cree cuando el norte esta sobre tu cabeza y el cielo es negro. Aquí nada me recuerda el segundo día de la creación y no me siento menos que el verde que se alza a mis pies como la sonrisa del amante por las mañanas. Su calidez y mesura eriza mis brazos y baja por mi espalda, como un impulso eléctrico entrando por mis dedos hasta colapsar el centro de mi seno. Envuelto en el fuego boreal comienzo a comprender el ritmo de este universo basto y sensible. Único. No logro imaginar nada lógico, equilibrado y razonable. Poco a poco siento como desaparece mi cordura y me vuelvo uno con el resplandor púrpura que me rodea y alza más allá de la cima de la vida.

Por fin puedo comenzar a sentir como mi cuerpo se aleja del entumecimiento de este regalo forzado por el tiempo.

jueves, junio 23

Tiempo.

Declamar
de modo
espontáneo.
Singular forma para reír
y para soñar.


Un mundo de ensueño.
En cada respiro,
una justificación,
en cada paso,
una transformación.

El viaje no acabará,
las esperanzas te seguirán
y más allá de lo que puedas pensar.

Respira mientras puedas.

martes, junio 21

Enumeración.

Una colilla tras otra inicia mi viaje.
El recuerdo más próximo que tengo
es el sabor del tabaco en mi boca.
Unas gotas en mi cara me anuncian
su llegada.
La inmensidad se abre frente a mí.
Dejo atrás las luces de la ciudad.
Experiencias sublimes de sensación,
de ideas, de imágenes.
Mi mayor comunión posible.
Al fin solo se llena mi sentido.
Es tiempo para volver a empezar.